martes, 18 de octubre de 2011

LA BATALLA POR OLMOS por Juan De La Cueva


LA BATALLA POR OLMOS

Por: Juan de la Cueva


Interesante el editorial del diario "El Comercio" del sábado 15 de octubre último acerca de si el país debería permitir el ingreso de “semillas genéticamente modificadas o transgénicas”. El editorial destacó un detalle importante que no puede pasar por desapercibida: la fiera intervención de un grupo empresarial pro transgénico, empeño que el mismo editorial la calificó de batalla.

En otro escenario se prepara otra batalla por las 38000 hectáreas de Olmos, porque  el 23 de noviembre próximo es la fecha de la subasta de las mencionadas tierras. Las estrategias están en marcha. El campo está dividido: Un lado responde a la gran propiedad, y la otra a la pequeña y mediana propiedad. Las condiciones no son favorables para estos últimos, pero esta división es como un rio que el Gobierno debe pasar y asumir sus compromisos.

En esta batalla los medios de prensa juegan sus mejores oficios, por ejemplo la señora Patricia Telleut gerente de un poderoso grupo económico intervino, pretendiendo  descalificar a un líder de opinión muy querido por nosotros y quiso cortarle la cabeza de un solo tajo: Gastón Acurio –increíble- lo acusó de ignorante. La desesperación de la señora era evidente y el insulto fue grave, por ello no debe aceptársele sus disculpas tibias y el grupo empresarial COMEX debe pronunciarse al respecto.

¿Pero qué pretende este grupo excluyente? ¿Acaso la monopolización del comercio, las tierras y las finanzas de nuestro país?

Por ello, es bueno recordar en el caso de Olmos que este proyecto se inició en la perspectiva de dar tierras a los agricultores que no la tenían. Además, se sabía que la propiedad de estas tierras en cuestión, pertenece a la Comunidad de Santo Domingo de Olmos, tierras comunales para peruanos y no para extranjeros (principio de naturaleza). La inversión extranjera debería tener un límite, porque si no la tiene algún miserable puede vender el país. Ya un general chileno dijo para que hacerle la guerra al Perú "si la podemos comprar barato”, y los chilenos juegan sus cartas también como testaferros de las grandes transnacionales.

Es bueno recordar también que el Estado ha invertido en este proyecto –con dinero de nuestros impuestos- con la única intención de crear tierras agrícolas para los agricultores que no la tenían. ¿Por qué ahora que la torta está servida se pretende romper este principio? Es decir, se pide respeto para la inversión extranjera pero no para la inversión del Estado en nombre de todos los peruanos.

La tendencia global de la política mundial se orienta a la alta concentración de propiedad sobre los recursos naturales de nuestro país (proceso de acumulación capitalista de las transnacionales), como de los sistemas financieros en lo económico y en lo político, a un mayor control legal  policial y militar sobre el sistema.  En la batalla de los transgénicos estamos asistiendo a una batalla del derecho nacional que tiene un país para defender su seguridad alimentaria y de salud.

¿Quién nos asegura que una vez controladas las tierras, éstas produzcan para el país y no para otros en un escenario próximo de escasez de alimentos? Ese escenario está cerca, el cambio climático actuará con inclemencia para aquellas zonas geográficas cuyos abastecimientos de agua no sean muy seguros como la irrigación de Olmos.

"El Comercio" dice: ¿quién puede demostrar que los transgénicos garantizan la seguridad alimentaria? Y en esa misma tónica en Olmos el Gobierno tiene un reto.

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